Supongo que después de tantos elogios como me habéis leído pensaréis: esto no se lo cree “ni el Tato”… ni el coworking es tan fantástico, ni workINcompany es la mejor de las mejores empresas y a la becaria le pagan para esto,…
Y supongo que querréis que saque los trapos sucios… y por lo bajini, ahora que termino las prácticas puedo, jejjejeje!!!. Pero puedo porque hago balance y como dice mi madre: “mi hija será mi hija, pero tiene sus defectos”.
Y sí efectivamente:
- Ni el coworking es lo mejor, porque depende de las necesidades de la persona. ¡Aunque eso sí!, hay que ser muy disciplinada para poder trabajar en casa.
- Ni workINcompany es la única y la mejor. Aunque sí la primera en Andalucía y un referente por ser una de las que en más eventos está y promueve, con gran aceptación.
- Ni la becaria cobra,… bueno, en experiencias y prácticas, o lo que viene siendo “en especias”, que con la crisis se vuelve al trueque, aunque en este caso no me da de comer.
Pero antes de empezar a repartir mis verdades gratuitamente, supongo que habréis notado que soy muy entusiasta y aunque no estoy en una de mis mejores rachas personales, intento no fijarme tanto en lo negativo… que ya hay suficiente!!! e ilusionarme con aquello que me trae algo de magia a mi vida, aunque algo que me caracteriza es mi sinceridad así que… ahí va.
Estas semanas en workINcompany me han aportado muchas reflexiones y experiencias.
Lo primero: he cambiado mi opinión sobre hacer o no coworking
La mayoría de los coworkers a los que estoy entrevistando (otra actividad del espacio para que compartamos y nos unamos más) me dicen que organizarse en casa es más complicado porque tienes que hacer mil cosas antes y es más difícil ser productivo. Lo comparan con las personas que estudiaban en la biblioteca. A mí, esto no me convence, porque siempre fuí la que se organiza mejor en casa que en la biblioteca, la que si se tiene que concentrar lo hace mejor en mi propio espacio y si me tengo que distraer lo hago de la misma manera en casa, en una biblioteca, en el trabajo o mirando ovejas volar, que eso sí, imaginación tengo un rato!!!
Y entonces ¿qué es lo que me convence para venir a un espacio coworking? Pues… a mí me convence el tener un horario,… es decir, separar bien lo que es trabajo de vida personal. Porque hay veces que puedo llegar a tirarme meses trabajando más horas que una hormiga y siempre tengo algo que adelantar.
Lo segundo: me llevo muchas experiencias
La cantidad de eventos a los que he asistido entre uno o dos por semana, la personas que he conocido y la de proyectos que hay en marcha. En tiempos donde sólo se oye que todo va fatal, ver cómo la gente se mueve y se reúne para sacar proyectos adelante, da otra perspectiva. Hace poco Ramón Suárez estuvo en el espacio y soltó una frase que me dejó marcada: “Cuánto os quejáis aquí?” y está claro, si nos centramos tanto en lo negativo, sólo vemos lo negativo. Aquí he visto lo positivo… ahora… no os voy a mentir… la implicación de los profesionales que se encuentran en la oficina, es fundamental, porque por mucho que Jaime y Alberto se muevan y promuevan eventos para unirnos, crear redes y no pasar por aquí como si fuera el que deja el agua, … si los coworkers no están comprometidos con el sitio en el que están,… la oficina es igual de fría que un iceberg.
Espero haberos acercado un poco más el mundo del coworking en workINcompany desde la visión de una chica en prácticas.
Y sólo decir que estoy convencida de que esto no será un adiós… sólo un…
¡¡¡Hasta Luego!!!